sábado, 12 de julio de 2008

Niños Hiperactivos_ Parte II




Niños Hiperactivos

II Parte

Dr. Javier Martínez Dearreaza

Neurólogo – Psiquiatra

Los niños con un Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), se comportan persistentemente con desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en niños de su misma edad. Estos problemas tienen que ser crónicos, es decir, que deben de haber aparecido antes de los 7 años de edad. También deben ser generalizados y producirse por lo menos en dos situaciones (por ejemplo; en la casa y en la escuela).

Los niños con TDAH suelen tener algunas dificultades en todas las áreas pero con diferente intensidad. Algunos niños y adolecentes presentarán desatención, otros desatención e hiperactividad o impulsividad y algunos presentaran las tres dificultades; desatención, hiperactividad e impulsividad, sin embargo no es necesario que manifiesten las tres. Un niño puede estar relajado, incluso hipoactivo, y tener un TDAH si muestra desatención o distraibilidad. Muchos clínicos piensan que el niño o adolescente debe ser hiperactivo para poder aplicar el diagnóstico de TDAH, son muchos los sujetos que no son diagnosticados adecuadamente.

Cuando un padre tenga un niño distraído, inquieto e impulsivo, no debe pensar inmediatamente que su hijo tiene un TDAH, lo recomendable es que lo haga ver por un clínico experimentado para determinar si no sufre de otro trastorno, una de las causas más frecuentes de la hiperactividad, distraibilidad y/o impulsividad entre niños, adolescentes y adultos es la ansiedad.

Cuando una persona siente ansiedad, no puede quedarse quieta ni prestar atención, y puede volverse irritable y hablar con brusquedad a los demás. La segunda causa más frecuente de estos comportamientos en cualquier grupo de edad es la depresión.

Como ocurre con los adultos, los niños que están deprimidos pueden estar inquietos y ser incapaces de concentrarse. La tercera causa más frecuente de estas manifestaciones son los trastornos del aprendizaje. En este caso, el niño o el adolescente no termina las tareas de clase, le cuesta hacer los deberes, o parece que no escucha.

Trastornos asociados:

La comorbilidad está presente en cerca de dos terceras partes de los niños con TDAH, incluyen un 30-50% de trastorno de conducta (TC), 15 a 20% de trastornos afectivos, y 20 a 25% de Trastorno de ansiedad. El síndrome de Tourette y el trastorno de tics crónico frecuentemente se presentan en estos niños. Esto quiere decir que un niño o adolescente que sufra un trastorno de TDAH puede tener asociado las patologías que he mencionado anteriormente. En los adolescentes, también puede aparecer abuso de sustancias. Recientes estimaciones de trastornos de aprendizaje en TDAH los sitúan en un 10 a 25%. Los retrasos del habla y del lenguaje son también comunes.

En Ontario Child Health Study encontró que, en niños entre 4 y 11 años, un 53% de los niños y un 42% de las niñas que tenían TDAH tenían al menos otro diagnóstico. Para las edades de 12 a 16 años, la proporción de sujetos con TDAH y al menos otro diagnóstico fue de 48% para niños y del 76% para niñas.

Durante mi experiencia clínica, he podido observar que los niños que sufren un TDAH tienen varios problemas o patologías asociadas, por lo que en realidad el TDAH es un síndrome, es decir un conjunto de patologías asociadas.

La conducta delictiva o la personalidad antisocial se ve en un 25-40% de los adolescentes y adultos remitidos de niños con TDAH, especialmente en niños con trastornos de conducta tempranos.

Trastornos asociados más frecuentes:

- Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD): consiste en un patrón de conductas negativistas, hostiles y desafiantes. Dichas conductas incluyen discusiones con los adultos, rabietas, enfados, se niegan a cumplir las normas establecidas o las órdenes de los adultos, mentiras, culpan a otros de su mala conducta. Aunque para su existencia no es imprescindible que haya un TDAH previo, si existe un TDAH este multiplica por 10 el riesgo de padecerlo. Entre un 50-70% de niños con TDAH presentan también un Trastorno Oposicionista Desafiante, y es con frecuencia precursor de un Trastorno de Conducta.

El Trastorno oposicionista desafiante es uno de los problemas que causa mayores dificultades tanto en la escuela como en casa, los padres por lo general ante el desafío del hijo pierden el control y terminan castigando al niño, muchas veces este comportamiento afecta la estabilidad de la familia y en ocasiones los padres terminan enfrentándose.

- Trastorno de Conducta (TC): consiste en un patrón de comportamientos en el que se violan sistemáticamente las normas sociales o legales y los derechos básicos de los demás, se da de forma persistente. Pueden presentarse conductas agresivas hacia personas y animales (intimidación, amenazas, peleas, uso de armas potencialmente dañinas, crueldad física), destrucción de propiedad, robos y mentiras para eludir responsabilidades y violaciones graves de las normas establecidas.

Se presenta en un 20-50% de niños y adolescentes con TDAH, y algunos evolucionarán hacia un Trastorno Antisocial de la personalidad en la vida adulta.

- Trastorno por abuso de drogas: El riesgo en el TDAH de presentar abusos de sustancias en la adolescencia o en la vida adulta es del 12 al 24%, y la presencia TOD y/o TC es un predictor para presentar posteriormente dichos trastornos. Estos trastornos se presentan con frecuencia más temprano, y duran más, que en las personas que no padecen TDAH.

Algunos clínicos han señalado que el uso de Metilfenidato (Ritalina) podía inducir a los adolescentes al uso de drogas; pero los últimos estudios de seguimiento parecen apuntar a que el tratamiento con psicoestimulantes mantenido por más de un año actúa como factor protector frente al desarrollo de abuso de drogas en la adolescencia o en la vida adulta.

- Trastorno de Ansiedad: La presencia de TDAH aumenta por 3 el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad.

- Trastornos Afectivos: La mayor parte de los estudios sitúan el rango de presencia de un trastorno afectivo en el TDAH (ya sea una depresión mayor o una distimia) en el 20-30%, con un riesgo de padecerlos para estos niños 5 veces superior al de la población normal. La presencia de un Trastorno Bipolar, parece estar marcado por antecedentes familiares. En cualquier caso, el diagnóstico de TDAH, no aumenta el riesgo de padecer un trastorno bipolar.

- Trastorno del sueño: los niños con TDAH tienen problemas para conciliar el sueño, para mantenerlo (se despiertan durante la noche) y en su duración (se despiertan antes). Pueden presentar también somniloquio (hablan dormidos), terrores nocturnos, pesadillas, movimientos involuntarios, sonambulismo.

- Trastorno de tics y Síndrome de Gilles de la Tourette: los afectados notan cómo se contraen grupos de músculos, provocando lo que se denominan tics motores. Otros quizás experimentan la necesidad de pronunciar determinados sonidos o palabras: es lo que se denomina tics vocales. El Síndrome de Gilles se caracteriza por contracturas espasmódicas de los músculos, coprolalia y múltiples tics que afectan cara, cabeza y miembros.

- Trastornos de coordinación motora: problemas de equilibrio, torpeza en motora fina (dificultad para coger el lápiz, usar el teclado del ordenador) choques, caídas frecuentes.

- Problemas de rendimiento académico: más del 20% presentan problemas específicos del aprendizaje en lectura, escritura, matemáticas.

- Problemas Intelectuales: el grupo de niños con TDAH puntúa entre 7 y 10 puntos menos que sus iguales en las pruebas de inteligencia, sobre todo en el área verbal.

- Lesiones y accidentes: El niño hiperactivo tiene 4 veces más posibilidades de sufrir accidentes y lesiones graves (fracturas óseas, traumatismos cráneo - encefálicos, rotura de dietes, etc.) que el niño sin este trastorno, debido a su impulsividad y a la presencia de trastornos de la coordinación motora.

Niños Hiperactivos_ Parte I

Niños Hiperactivos

I Parte

Dr. Javier Martínez Dearreaza

Neurólogo – Psiquiatra

Rolando, un niño de nueve años, me fue referido por su escuela, debido a las dificultades que crea en su clase. Este año ha sido expulsado tres veces de la escuela. Su profesora se queja de que es tan inquieto, que no deja concentrarse al resto de la clase. Raramente está en su sitio y se mueve por toda la clase hablando con otros niños mientras están trabajando. Parce como si nunca supiera lo que va a hacer después y de repente se pone a hacer algo escandaloso.

Su última expulsión es porque se dedicó a pegarle a todas las niñas de su aula, en especial a una que es algo tímida.

Su madre dice que la conducta de Rolando ha sido siempre difícil. A los tres años era tremendamente inquieto y demandante. Nunca ha dormido bien, por las noches da muchas vueltas en la cama, pide agua, a veces tiene sueños muy feos pues en la madrugada pega gritos y se despierta llorando y con mucho miedo, por la mañana es el primero en estar despierto y desde que se alza presenta, una gran energía, si los padres no están atentos es capaz de revolver toda la sala o la cocina dejando todo “patas arriba”.

Rolando también es bastante desobediente y frecuentemente se muestra provocativo y desafiante en la escuela y también en casa, tiene algunas manifestaciones obsesivas con el lavar bien un vaso con agua y jabón antes de tomar agua, conducta que se repite regularmente por las tardes y la noche.

El niño también tiene muchas dificultades en su lenguaje, pronuncia con dificultad algunas consonantes principalmente la “R” y la “B”, también tiene dificultad para escribir, pues confunde algunas letras por otras, por ejemplo cambia la b por la p, la d la escribe como b, a la eme solo le hace una montañita y así sucesivamente, tiene problemas con otras letras, con las matemáticas también tiene dificultades principalmente en la secuencia de números, a pesar de sus problemas con las letras Rolando logra hacerse entender bastante bien, el problema es que no sabe cuando debe parar de hablar.

El psicólogo ha descrito el nivel de atención de Rolando como “muy pobre”, si tú le lees un cuento, quizá te ponga atención al inicio, luego está pendiente de todo lo que pasa a su alrededor, por lo que pierde el hilo del relato y cuando se le interroga sobre el desarrollo del cuento no sabe que responder o te responde cosas que no tienen nada que ver con el relato. Con la televisión es muy selectivo, presta atención solo a los programas que realmente le interesan, el resto del tiempo puede estar sentado frente al televisor pero su mente vaga por el espacio o está en la silla muy inquieto. No le gustan los juguetes o juegos que requieren cualquier tipo de concentración o paciencia. Prefiere estar al aire libre correteando y gritando. Si juega con juguetes, sus juegos son desordenados y a veces destructivos y su madre no consigue que sea ordenado.

La conducta de Rolando demuestra gráficamente la falta de atención, impulsividad e hiperactividad, características del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Tiene dificultades para permanecer sentado, es inquieto, no puede concentrarse en las instrucciones, no puede mantener la atención focalizada y, con frecuencia, no parece estar escuchando lo que se le dice, cambia constantemente de actividad, tiene dificultades para jugar en silencio y, a menudo, actúa peligrosamente sin considerar las consecuencias.

Debido a todos los síntomas que padece Rolando he calificado su trastorno como grave.

Rolando padece de un “Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad, TDAH”.

¿Qué es el TDAH?

Es un trastorno de causa desconocida, probablemente causado por la interacción de factores genéticos y ambientales, en el que existe una alteración a nivel central (en el cerebro) manifestándose mediante un aumento de la actividad, impulsividad y falta de atención, asociándose con frecuencia otras alteraciones.

El factor genético cobra cada vez más importancia, puesto que el TDAH es 5-7 veces más frecuente en hermanos y 11-18 veces más frecuente entre hermanos gemelos. Se han descrito varios genes candidatos.

El TDAH es la causa más frecuente de fracaso escolar y de problemas sociales.

¿Qué no es el TDAH?

- Niños inquietos, pero con atención normal, situación que es frecuente en los menores de 5 años de edad.

- Retraso mental.

- Trastornos específicos del aprendizaje.

- Fragilidad del cromosoma X.

- Fetopatía alcohólica por ingestión de alcohol durante el embarazo.

- Fenilcetonuria

- Intoxicación por plomo

- Efectos adversos de fármacos como broncodilatadores, neurolépticos, antiepilépticos, etc.

- Trastorno psicológicos o psiquiátricos.

El TDAH, no es una enfermedad reciente, una de las primeras referencias se encuentra en una canción infantil escrita en 1863 por Heinrich Hoffmann. Trata de un niño inquieto, nervioso e hiperactivo, que suponía un problema de comportamiento para su familia. En 1968 paso a formar parte del sistema oficial de enfermedades. A mediados de la década de 1980 se hizo un gran esfuerzo en los Estados Unidos para instruir a los padres y a los profesores acerca del TDAH.

A los padres les preocupaba que demasiados niños con un TDAH no fueran identificados adecuadamente y que demasiados médicos desconociesen este posible diagnóstico.

En nuestro país estamos en una situación muy parecida a las que se vivió en Estados Unidos por esa época y creo que peor, hay un conocimiento muy superficial de la enfermedad, no hay escuelas con un personal entrenado para poder tratar adecuadamente estos niños, el Ministerio de Educación no tiene ni un solo Plan Educativo para ayudar a estos niños, ya no se diga profesores especializados en los diferentes centros educativos.

En la actualidad pareciera que existe una plaga de niños que padecen TDAH, pero no hay datos estadísticos que puedan confirmar esta apreciación, podría ser que hay más conocimiento de que existe este trastorno, conocimiento que se ha adquirido por programas en la televisión, radio y artículos periodísticos.

Los estudios llevados a cabo en Estados Unidos y en otros países, sobre todo en Nueva Zelanda y Alemania, indican que el 3-6% de la población en edad escolar padece un TDAH. Esta estadística es una de las más aceptadas por el momento.

Los estudios demuestran que el TDAH es más frecuente en los niños varones. Podría ser porque los niños, a diferencia de las niñas, expresan su frustración siendo agresivos o antisociales. Estos comportamientos son más perturbadores y, por lo tanto, son enviados al médico.

Los datos previos sugieren que las niñas son infraidentificada a pesar de presentar problemas de atención parecidos a los de los niños con TDAH. Las niñas con TDAH son menos impertinentes y manifiestan menos síntomas agresivos; por lo tanto, es menos probable que lleguen a llamar la tención de profesores o de otros profesionales. El grupo de escolares que con más frecuencia no es identificado, ni derivado, ni recibe un diagnóstico de TDAH probablemente es el de las niñas que solo se distraen.