I. Busca una postura que te sea cómoda para escuchar: en primer lugar, busca una postura que te sea cómoda para escuchar a otro donde puedas establecer contacto ocular. A continuación usa respuestas no verbales y verbales para indicar al otro que le estas escuchando. Las respuestas no verbales serían mantener el contacto visual y hacer gestos de asentimiento con la cabeza. Las respuestas verbales comunes incluyen onomatopeyas tales como “ajá”, “mm”, etc. Estas respuestas no verbales y verbales son las más sencillas de realizar dentro de los cuatro pasos básicos para escuchar efectivamente.
II. Después emplea una habilidad para confirmar que estás entendiendo al otro. Sería el proceso de decir pequeñas ideas sobre lo que crees que esta sintiendo la otra persona. Puede ayudarte empelando frases como “Parece que estás dolido por..” “Según he entendido te encanta que ..” Las frases deben ser suaves y dichas con cariño. También pueden ayudarte explicando a la otra persona como te sentirías si tú estuvieses en esa misma situación. EL objetivo es que se sienta comprendido y apoyado.
III. Usa preguntas o afirmaciones para obtener más información: Si aún hay cosas que no has entendido o no te han quedado lo suficientemente claras, usa preguntas o afirmaciones para obtener más información acerca de lo que te está contando realiza preguntas directas tales como ¿Qué?.. ¿Dónde?..¿Quién? Estas preguntas están muy bien utilizadas en una variedad de situaciones. Sin embargo, hay que tener cuidado pues algunas personas o en algunas situaciones, el oyente se puede sentir agredido si las empleas en un tono cortante. Recuerda que si el otro se siente amenazado en la comunicación, probablemente dejará de hablar.
IV. Resumir puntos clave de la comunicación con la otra persona. Al final de la comunicación con la otra persona puedes finalizar haciendo una paráfrasis, que es resumir puntos clave de la conversación con la otra persona y repetirlos con tus propias palabras. El objetivo de esta fórmula es verificar si lo que has escuchado es exacto y comunicar ese entendimiento a la otra persona. Esto permite al otro corregir cualquier malentendido y así sentirse felizmente escuchado.
Según estudios recientes, es mayor el tiempo que pasamos escuchando que hablando y para explicarlo mejor los investigadores indican que del tiempo toral que dedicamos a la comunicación el 22% se emplea en leer y escribir, 23% en hablar y el 55% restante en escuchar. Lo anterior no requiere decir que estemos más dispuestos a escuchar que a hablar, sino que vivimos más expuestos a estar recibiendo información que a transmitirla. Mucha gente piensa que saber escuchar es muy importante, pero ¿Cuántos de nosotros lo hacemos bien? Mucha gente centra su atención en lo que va a decir después de que termine de hablar la otra persona y esa no es la mejor comunicación. Independientemente de los estudios que haya cursado o de su experiencia, usted debe aprender a escuchar. Al mostrar interés en la conversación del interlocutor tendremos como ventaja elevar su autoestima, al mismo tiempo que se genera un clima positivo para la comunicación y las relaciones interpersonales de forma que se está contribuyendo a que la otra persona lo trate con idéntico respeto y consideración. Otra ventaja del saber escuchar es que usted puede ampliar su vocabulario indirectamente haciéndose una persona más valiosa: algunos estudios han demostrado que los individuos que tienen más éxito, independientemente de su ocupación son los que cuentan con un vocabulario más amplio.
Los adultos con una educación media poseen un vocabulario de aproximadamente 2 mil palabras y utilizan solo 400 en el 80% de sus conversaciones a diferencia de las personas de éxito que emplean 100 palabras más en su vocabulario de trabajo.
Lo anterior también colabora en la disposición de más opciones para solucionar problemas es decir, cuanto más amplio es el vocabulario, mayor es la capacidad del pensamiento para proporcionar mecanismos con los cuales identificar y resolver las contrariedades.
Los medios más efectivos para ampliar el vocabulario y por tanto para tener mayor variedad de opciones, son la lectura y la atención del que habla. Por otro lado quienes saben escuchar con atención aprenden de forma indirecta. Está bien ustedes pueden decirme, nadie aprende en cabeza ajena, pero quien sabe escuchar atentamente descubre y se beneficia no solo del estilo de los demás, sino también del contenido de sus mensajes.
Razones para no escuchar con atención a los demás a) Temor a ser influidos b) Pensar que somos dueños de la verdad c) Considerar que el otro está equivocado d) Sentir que cuando uno habla puede ejercer más influencia que cuando escucha.
Otro factor que incide en la tendencia que todos tenemos a ser selectivos, es decir, escuchamos principalmente las opiniones que coinciden con las muestras, además de que entendemos los mensajes según el modo que nos conviene, adaptándolos a menudo a las propias concepciones, las cuales previamente nos hemos formado.