miércoles, 30 de noviembre de 2011

Los papás deprimidos tienden a ser más violentos con sus hijos.


Los papás deprimidos tienden a ser más violentos con sus hijos.

La depresión es una enfermedad con la cual es muy doloroso convivir, tanto para quien la sufre para como sus familiares, las personas deprimidas tienden a alejarse de sus seres queridos, de sus hijos, de las interacciones sociales e incluso de las personas que pueden brindarle ayuda.

Pero hay que tener esperanzas, la depresión es de las enfermedades mentales la más tratable obteniéndose excelentes resultados si se siguen las indicaciones médicas, los padres deprimidos que reciben tratamiento y otros tipos de apoyo son más eficaces como padres.

La depresión es una enfermedad médica que se manifiesta por sentirse decaído y triste o incapaz de hacer las cosas también presenta dificultades para comer, dormir y tener energía, ideas recurrentes de desamparo o desesperanza o de que la vida no vale la pena.

La depresión afecta gravemente la relación positiva entre padres e hijos. Puede hacer imposible que se tenga una conversación familiar, hace que los padres se retraigan y fracasen en otras tareas de la vida.

La depresión afecta profundamente a las personas. Hace que los padres duden de sí mismos y que teman haber hecho daño a sus hijos. No les permite disfrutar de sus actividades habituales, afecta todas sus interacciones familiares, las familias se sienten desconcertadas por los cambios que la depresión causa en el padre o la madre.

La depresión puede afectar a padres que atraviesen situaciones estresantes como por ejemplo, luto, exposición a la violencia, pérdida del empleo y pobreza. Pero también afecta a padres que sufren en silencio.

¿Cómo saber si un padre está deprimido?

Algunos signos que debes de buscar:

  • Estados de ánimo: Tristeza, irritabilidad y/o llanto frecuente. Lo que normalmente serían molestias menores causan un gran malestar, como cuando un niño juega y grita.
  • Sentimientos: sentirse agotado, olvidadizo, desorganizado, “vacio”. El estrés puede hacer que un padre se sienta ansioso, inquieto, a punto de perder el control, a veces desbordado por la emoción.

Conductas:

· Olvidar citas o compromisos. La depresión afecta capacidad para concentrarse y recordar.

· Dormir más o menos de lo usual, dificultad para salirse de la cama y para dormir.

· Comer más o menos de lo usual con aumento o pérdida de peso.

· Conductas de riesgo, como usar drogas o alcohol, a veces para intentar alejar las penas o el dolor.

· Aislamiento: Alejarse de los amigos y familiares, querer estar solo. Puede sentirse aislado de los otros o suponer que los otros tienen sentimientos negativos hacia ellos.

· No ser capaz de completar las tareas, como comprar, limpiar, servir las comidas o preparar a los niños para ir a la escuela.

Pensamientos: pesimismo, olvidar cualidades positivas, baja autoestima. Algunas personas relatan que su pensamiento es más lento.

Una investigación reciente sugiere que los padres deprimidos son más propensos a ser más descuidados con sus hijos y usar el castigo físico, aunque los niños sean pequeños y todavía gateen.

Un estudio en el que participaron padres de niños de un año de edad encontró que eran más propensos a pegar y menos propensos a leer a sus hijos que los padres que estaban mentalmente sanos.

Para el estudio publicado en la revista Pediatrics, Davis y colegas evaluaron los datos suministrados por 1746 padres de niños de un año de edad que participaron en el estudio Familias Frágiles y Bienestar del niño. Este estudio de largo plazo da seguimiento a cerca de 5.000 niños que nacieron en las grandes ciudades de los Estados Unidos. Entre 1998 y 2000.

En general, el siete por ciento de los padres había tenido un episodio depresivo durante el año anterior, que es algo normal en la población general.

A los padres, que vivían con sus hijos todo o casi la mayor parte del tiempo, se les preguntó por cuatro comportamientos tanto positivos como negativos.

Los investigadores encontraron que los padres deprimidos eran casi cuatro veces más propensos a informar que habían azotado a su hijo en el último mes, ya que el 41 por ciento deprimidos y el 13 por ciento de los padres no deprimidos lo hacían.

Los padres deprimidos también tenían menos de la mitad de probabilidades de leer cuentos a sus hijos o más veces a la semana en comparación con los padres no deprimidos.

Davis encontró una relación, aunque no de causa y efecto, entre la depresión y la conducta paterna. La irritabilidad acompaña a menudo a la depresión, lo que podría explicar la mayor incidencia de azotes.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) se opone a pegar al niño por cualquier razón, ya que los golpes pueden llevar a la agitación y al aumento de la agresividad en niños preescolares y escolares.

La AAP exhorta a los padres a recurrir al método de tiempo fuera (time outs) o de otros métodos de disciplina y advierte que los golpes en los niños menores de 18 meses de edad aumentan el riesgo de lesionarlos. También advierte de que en los niños mayores, los golpes frecuentes se relacionan con un mayor riesgo de violencia.

La trascendencia de la depresión en los nuevos papás es cada día más importante, en la medida que los científicos confirman cada vez más que la salud mental del los padres puede afectar el desarrollo y el bienestar del niño. La incidencia de la depresión en los padres parece ser más elevada durante el primer año de crianza de los hijos.

En la medida que los médicos den más importancia al problema de la depresión, se espera que más pediatras aborden la posibilidad de la depresión durante las consultas de niño sano, a la que los papás asisten cada vez más. Durante estas visitas lo más recomendable es hablar tanto con las madres como con los padres para que estén alerta ante la posibilidad de que uno de ellos se deprima.

2 comentarios:

  1. Los padres frustrados, confundidos, no solamente necesitan de atención especializada si no que también necesitan ser orientados y ayudados en su vida Espiritual para poder superar las dificultades que estos atraviesen.

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  2. Si uno de los padres es el que padece de esta depresión es fundamental que su pareja lo detecte y lo ayude, ya que esto es esencial también para los niños por que ven la ayuda mutua entre ambos para superar una crisis en uno de ellos creo que esto viene a fundamental la unidad y solidaridad entre la familia.

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