domingo, 8 de enero de 2012

TV y Violencia I parte


Tv y Violencia.

Su impacto en niños y adolescentes.

I parte.

Dr. Francisco Javier Martínez Dearreaza.

Neurólogo-Psiquiatra.

Estamos saturados de información y faltos de conocimiento. Sin embargo, el poder de socialización de los medios de comunicación es inconmensurable, sobre todo de la televisión que tiene un efecto demoledor y sutil ya que moldea día a día nuestras creencias y actitudes y nos hace a su imagen y semejanza. Ya nadie pone en duda de que la televisión es la principal fuente de socialización, aunque más que socializar y humanizar desinforma y deshumaniza.

Se lee poco, se escribe menos, se reflexiona escasamente. Vivimos en la inmediatez, la superficialidad de la imagen momentánea y, aunque criticamos a los medios de comunicación, les damos una ración, cada día mayor, de sensaciones. Por eso en la cultura televisiva, la violencia constituye la regla, no la excepción; se trasmite la idealización de la supervivencia y admiración hacia el más fuerte, el más insensible, el depredador. Llegado a este punto y consciente de que los medios de comunicación reflejan en gran medida nuestro modelo cultural y nuestro sistema de valores, la conclusión que se deriva de ello es que son un problema social. Un problema sería la incidencia que sobre los niños tiene el hecho de que, por ejemplo, durante cualquier semana sin salir de casa hayan podido ver 770 asesinatos, 47 torturas, 28 secuestros etc. Sin embargo, personalmente diría que la televisión es solo una parte de un gran problema social mucho más amplio y que comienza precisamente en casa, es la falta de supervisión por parte de los padres o de quien cuida del niño o de los niños lo que permite que haya niños con una exposición a la violencia extrema. Con frecuencia se culpa a los medios de comunicación, desplazando así la responsabilidad cuando en realidad un gran número de personas encuentran la violencia atractiva: la violencia es el disfrute de su contemplación (la violencia no es solo física, sino también verbal), además la violencia también queda implícita en dibujos animados. Podemos tener el peligro de que los niños, los jóvenes e incluso los adultos imiten lo que los medios de comunicación nos muestren, sobre todo si se presenta como algo deseoso y de lo que se obtienen beneficios.

No podemos considerar a la televisión como el único responsable de la violencia en la sociedad, es necesario analizar el entorno social en el que vive el niño. Vivir en un hogar en que se padezcan u observen malos tratos, en el que el alcohol o la droga estén presentes, hayan relaciones enfrentadas entre padres e hijos, no se tenga el apoyo de familiares o amigos, son circunstancias que pueden crear un entorno favorable en el que la influencia de los aspectos negativos de la televisión prenda con gran facilidad, incrementando creencias, actitudes y comportamientos violentos ya existentes.

La televisión como generadora de violencia en los niños.

A escala internacional se puede aseverar que más de la mitad de los programas de la televisión contienen algún tipo de violencia. Normalmente se trata de violencia física, pues es la más gráfica y fácil de representar. En el caso por ejemplo de España, los niños de primaria ven la televisión 930 al año y van a clases 900 horas, muchas son las imágenes violentas que ven los niños durante estas 930 horas de televisión.

La violencia existe en la sociedad y la televisión así lo trasmite, incluso agranda, ya que los niveles de audiencia son más elevados ante informaciones morbosas que expresan la maldad de los humanos. ¿Pero qué diferencia hay entre el público de los primeros tiempos televisivos y el público actual? En los primeros tiempos, los espectadores visualizaban la televisión menos horas al día, había cierta tendencia a pensar que el abuso de la misma podría ser malo para la salud, además pocas familias se podían permitir el lujo de tener una televisión y otra característica fundamental era que la televisión nació como un ente moralista, donde determinados valores estaban prohibidos y otros eran ensalzados. La televisión se concebía como una fuente de beneficios y aprendizaje. Desde el comienzo de la televisión y durante muchos años, la violencia en ese medio se encontraba exclusivamente, en series y películas de ficción.

De poco tiempo a la fecha, gran parte del contenido violento está en programas de noticias o de reportajes, algunos de los cuales precisamente, tienen como tema principal la exposición de hechos dominados por la violencia, basta ver la televisión de nuestro país a la hora de los noticieros para notar la cantidad de hechos violentos que se presentan sin la menor preocupación de quienes están viendo en ese momento la televisión, pareciera que existiera un morbo exagerado por mostrar sangre.

Actualmente, sobrepasamos la media de ver la televisión, se ha perdido la vivencia de la calle, el barrio, donde por las noches salíamos a jugar con los otros niños, en donde éramos cuidados por los grandes de la cuadra, allí aprendimos a jugar trompo, arriba, otras canicas, malas palabras y muchas otras cosas, hoy ha surgido el individualismo, la poca comunicación con los amigos y con la familia.

En definitiva, últimamente de la televisión podemos extrapolar que el motor de todo es el dinero, el egoísmo, la satisfacción individual.

Por otra parte se han realizado diversas investigaciones en las cuales los resultados obtenidos muestran que la agresión con arma de fuego es la más habitual, ya que aparece en uno de cada tres programas de contenido violento. Estos estudios concuerdan con estudios realizados en Suecia en el que los niños señalaban como principal fuente de mortalidad recibir un disparo en la cabeza. Los niños son los receptores de los programas más violentos, los dibujos animados son un bloque de importancia en los programas violentos pero ni los productores de televisión, ni los canales que distribuyen estos programas ni los tutores ni los padres de familia parecen preocuparse porque sus hijos ven estos programas muchas veces con alto contenido de violencia. Otro bloque de programación que contiene mucha violencia son algunas películas y series televisivas, espacios también visionados por los niños.

Según los datos Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, la violencia expuesta en la televisión puede conducir a los niños a desarrollar conductas agresivas. Gran parte de esas conductas son aprendidas a través de la observación y retenidas en la mente infantil por largos espacios de tiempo.

La televisión tiene efectos en las áreas emocionales del niño, influye en sus intereses y motivaciones, y en su formación integral. Cuanta más violencia ve el niño en la televisión, menos sensibilidad emocional tendrá ante la violencia real, y pasará a usar la agresión como respuesta a las situaciones conflictivas en las que se ve inmerso.

1 comentario:

  1. me encanta leer todo lo que esta relacionada a los buenos ymalos habitos

    ResponderEliminar