sábado, 4 de febrero de 2012

¿Cómo se llevan el amor y el dinero?


¿Cómo se llevan el dinero y el amor?

Un día que conducía en compañía de un amigo, nos detuvimos en un semáforo y de pronto se nos avecinó un joven que repartía propaganda de una casa comercial que ofrecía electrodomésticos, la verdad es que la hoja de propaganda estaba muy bien impresa con fotos a colores, mi amigo después de observarla unos instantes la doblo y la tiro al asiento trasero del auto, le pregunte porque lo hacía, me respondió, que ya había visto lo que ofrecían y no tenía mayor importancia para él, en ese momento comenzamos una discusión y le pregunte que si le daban un billete de quinientos córdobas también lo tiraría, lógicamente me respondió que no, ni pensarlo, me dijo exactamente. Entre todos hemos aceptado una convención, hemos creado un simbolismo que le da valor a un papel y se lo niega al otro. Este código nos sirve en la vida diaria, con él, podemos comprarnos alimentos, pagar el colegio de nuestros hijos, pagar los gastos de luz, agua, y gas, también pagamos las cuentas médicas y en muchos casos los daños que ocasionamos.

El dinero, es más que dinero, es comunicación, es valoración, es poder y cuando está repartido desigualmente en una sociedad significa más poder para unos y menos para otros. Es imposible obviarlo, tiene inevitable presencia en nuestros proyectos, en nuestra supervivencia. Es, acaso, la más extendida de las convenciones humanas, existe bajo todos los idiomas, bajo todas las culturas, bajo todos los sistemas políticos. Es, digámoslo, tan omnipresente como el amor. Y ya que es así, ¿qué relación hay entre ellos? ¿Cómo se llevan el dinero y el amor?

Hablar de dinero en la pareja no es un tema fácil aún para las mentes más evolucionadas. Desde que en el siglo XII irrumpiera lo que se conoce como amor-pasión ese sentimiento en que las parejas se elijen entre sí y escapan del modelo de vínculo que era una simple transacción económica entre familias pareció que cualquier alusión al dinero ensuciaba el amor.

Nueve siglos después el tema sigue siendo difícil de abordar, las parejas en la medida que se van conociendo y la relación se afianza comienzan a abordar diversos tópicos, donde vivirán, cuántos hijos piensan tener, como los educaran, que otros proyectos que piensan llevar adelante, se cuentas sus vidas, afloran los temores y se consuelan mutuamente, pero sinceramente ¿hablan de las cuestiones económicas? ¿Cómo gestionaran el dinero? ¿Cómo van a distribuirse las responsabilidades?, no verdad, estas cosas no se abordan se tiene temor a que lo económico dañe la relación, los problemas aparecerán después.

Es que, sin duda, cuando se habla del dinero en la pareja no se habla de números. El verdadero tema es la comunicación, la confianza, las visiones compartidas, el punto de llegada hacia el que se orienta el viaje en común. Se habla, en fin, de amor. Y se habla de poder.

El dinero en la pareja crea muchos fantasmas. Los fantasmas masculinos se refieren al temor de no aportar lo suficiente económicamente y ver así cuestionada su masculinidad o lo que es peor quedar a merced del dinero que aporta su mujer lo que significa una pérdida de autoridad y de consecuencia una pérdida también de la autoestima. Con la crisis económica actual han desfilado por mi consulta muchos hombres muy deprimidos porque no pueden aportar o aportan poco para mantener a la familia, se imaginan o viven realmente una humillación por parte de la esposa por esta situación.

Los fantasmas femeninos, rondan alrededor de la sensación de desamparo que siente si el marido no gana la suficiente cantidad de dinero. Si el marido gana la suficiente cantidad de dinero hay algunas mujeres que se sienten asfixiadas, controladas y con baja autoestima. Como los modelos tradicionales no desaparecen con solo desearlo hay mujeres que aún teniendo un buen puesto y ganando la suficiente cantidad de dinero sienten aquella fragilidad y desprotección si el hombre no tiene los mismos ingresos que ella .He visto también mujeres en los que el marido ha sido muy buen proveedor del hogar; pero que por alguna circunstancia no puede seguir haciéndole frente, ella toma un papel tóxico haciendo sentir al esposo poco hombre e incluso tratar de darle celos.

Un buen número de hombres dispuestos a un modelo de pareja menos rígido en cuanto a roles tradicionales se sienten abrumados por el peso de la responsabilidad económica, aún cuando puedan solventarla. Se suelen quejar de que, mientras sus ingresos económicos sostienen la alimentación, el techo, la salud, la educación y los gastos troncales de la pareja y la familia, los ingresos de sus mujeres son considerados por ellas como estrictamente personales y dedicados, por lo tanto, a gastos, ahorros o inversiones que tienen que ver sólo con ellas o para darle todo tipo de lujo a sus hijas.

Hay mujeres que en privado comentan con sus amigas, hermanas o familiares, como sus maridos las han dejado de lado de las cuestiones económicas, no saben cuanto gana su hombre, desconocen si existen cuentas bancarias y el total de lo ahorrado. Por supuesto esto no ha nacido espontáneamente ha sido un acuerdo implícito en el cual “él se ha comprometido a que no falte nada en casa pero ella no debe preguntar absolutamente nada sobre las cuestiones económicas”.

Vista las cosas como están, el dinero deja de ser una cosa meramente económica para convertirse en una cuestión de sentimientos. Del mismo modo que una pareja maneja el dinero manejara su vida emocional, su comunicación, su sexualidad. Si hay ocultamiento recelos, escamoteo en lo económico, lo habrá en otros aspectos de la relación.

El dinero tiene una función de poder y control, el proveedor siente que tiene derechos especiales, el otro acumula resentimientos y trama o ejecuta sutiles venganzas para sentirse independiente, esto hace que la vida familiar sea un campo de batalla antes de ser un campo de colaboración. Si cada vez que se plantee un tema en el cual el dinero tenga un papel preponderante como: comprar un vehículo, salir de vacaciones, asistir a cursos de idiomas que uno de los miembros quiere hacer y se termina en conflicto, el problema no está en el dinero está en la comunicación, en la empatía, en la fragilidad de la relación.

El dinero solo es un símbolo, la gestión del dinero en el matrimonio representa la forma como le dan sentido a la relación, como se complementan. También los problemas sexuales de la pareja tienen mucha relación con las cosas económicas, discusiones que a veces inician por problemas sexuales terminan aflorando problemas de tipo económicos, quien aporta el dinero cree que eso le garantiza la permanente disponibilidad sexual del otro y quien está resentido por el poder económico que se ejerce sobre él a menudo encuentra la manera de cerrar las piernas aduciendo el famoso dolor de cabeza, alergias, dolores de estómago, cansancio y miles de otras escusas, la venganza se ha consumado.

Cuando se habla de dinero en el amor se piensa que este es impuro y que el amor es la esencia de la pureza, el dinero solo es un símbolo y no es ni puro ni impuro, quizá sea cuestionable la forma como muchas personas lo obtengan, su forma de gestión dentro de una relación, la forma como se comuniquen las cuestiones económicas hará que la relación sea estable o se convierta en un caos.

3 comentarios:

  1. Me encantan todos los artículos que escribe. Me gustaría que escribiera uno relacionado a las mujeres que se enamoran de hombres casados. Muchas personas culpabilizan este tipo de amor y llaman a la amante con términos fatales.

    Pasa que creo que el mayor error es enamorarse de una persona comprometida que no dejará su hogar para formar otro. Es muy doloroso.

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  2. Me enamoré de un hombre comprometido que me decía que me amaba pero nunca quiso salir conmigo y sólo quería que nos vieramos en los moteles para tener sexo. Me sentía como una mujer de la calle. Deseaba sentirme respetada y poder salir con él y llevar una relación de pareja como habíamos acordado.

    Decidí terminar y le dije que salvará su matrimonio. Aunque ha pasado el tiempo no he podido olvidarlo aunque ya no lo vea y deseo que le vaya bien con quien decida quedarse.

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  3. tengo una recomendacion para el dueño de la pagina.
    deb eria hacer estrategias para que el articulo que va a exponer no pareca TAN ENORME. BENDICIONES

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